English    עברית  

Rezando por un mundo sustentable

Por Evonne Marzouk1

“¡Cambia tus focos! ¡Háblale al senador! ¡Compra un auto híbrido!” El movimiento ecológico de hoy en día parece que se enfoca fuertemente en hacer. Hay cosas que comprar, acciones que tomar, políticas que defender.

Es raro para un ambientalista pensar que el rezo es una herramienta para el cambio. Sin embargo, las enseñanzas judías expresan una perspectiva muy diferente sobre el poder de la oración.2 El rezo es una de las herramientas claves que Dios nos da para cambiar el mundo y es nuestra responsabilidad rezar por la salud del planeta y la civilización que vive en él.

En el momento antes de que el ser humano fuera creado, la Torá expresa una lección importante acerca del papel que jugamos en la creación:

Aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta del campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar la tierra. (Génesis 2:5)

Rashi comenta basándose en el Talmud:

Cuál es la razón de porque Dios no había mandado lluvia, porque no había un ser humano que trabaje la tierra y no había conciencia sobre el beneficio de la lluvia, y cuando vino el hombre y supo de la necesidad que ésta representa para el mundo, rezo por ella y cayó, entonces los árboles y las hierbas brotaron.3

En este entendimiento sobre la historia de la creación, la primera tarea de un ser humano debería ser reconocer a Dios y rezarle por el bienestar de la creación. Como explica el rabino Daniel Kohn (basándose en las enseñanzas de Rabí Kook) una de las primeras acciones del ser humano en este planeta fue preocuparse por la naturaleza, rezando por ella.4

Tradicionalmente los judíos rezan tres veces diarias. El Talmud identifica a Isaac instituyendo la plegaria de la tarde basándose en el versículo: “Y por la tarde Isaac salió a suaj en el campo antes de la tarde (Génesis 24:63)”.5 La palabra “suaj” es confusa, pero los sabios concluyen que él salió a rezar, basándose en la similitud lingüística entre esta palabra y otra referencia para plegaria que se encuentra en los Salmos.

Basándose en esto Rabí Natan Sternhartz enseña: “La meditación y plegaria son llamadas “sijá”. Una planta o arbusto es llamado “siaj”. Cuando las plantas del campo comienzan a revivir y crecer, todas ellas añoran ser incluidas en nuestra sija, nuestra meditación y nuestra plegaria.6 Esto apunta a que no solo Dios quiere nuestras oraciones por la creación, el mundo natural las busca también.

Quizá reflejando la importancia de la relación plegaria-humano-creación, la liturgia judía de la plegaria esta colmada de imágenes del entorno natural y de reconocimiento sobre nuestra dependencia con los recursos naturales. La naturaleza tiene funciones simbólicas con respecto a los seres humanos, a Dios y la rectitud en el espíritu humano que aspiramos a construir.

Una persona justa florecerá como una palmera de dátil, como un cedro en Líbano crecerá alto. Plantados en la casa del Señor, florecerán en los atrios de nuestro Dios.  Aun en la vejez darán fruto; estarán vigorosos y muy verdes.7

(Salmos 92:12-14)

Las oraciones judías también nos ayudan a apreciar la belleza y la consistencia del mundo natural y lo que dependemos de ella y de su Creador. Se alude a esta consistencia en el salmo que repetimos cada mañana en las plegarias matutinas:

Él que ilumina la tierra y aquellos que habitan en ella, con compasión; y Su bondad se renueva todos los días, perpetuamente, el trabajo de la creación.8

Estos versículos centrados en la naturaleza nos recuerdan ser agradecidos ante el Creador por proveernos del mundo natural en el que vivimos, y éstos funcionan como oraciones y bendiciones hacia los recursos naturales.

Muchos de nosotros añoramos hacer una diferencia en sanar el mundo actual. Según las enseñanzas místicas del judaísmo, nuestros deseos por reparar y beneficiar el mundo vienen de lo profundo de nuestras almas.9 El rezo es el lenguaje del alma, y rezando podemos transformarnos y transformar el mundo que nos rodea. Es también un entendimiento judío básico, que cuando rezamos, Dios nos escucha y actúa sobre la realidad física según nuestras oraciones. La tradición judía está llena de ejemplos acerca de este tipo de plegarias profundamente efectivas.10 11

El judaísmo nos enseña que un momento dedicado a rezar es un momento dinámico, que tiene el poder de hacer una diferencia. Cuando rezamos en comunidad, nos conectamos con las necesidades de ésta y del mundo en general. Rezar por la totalidad del planeta es incluir a toda la creación dentro de nosotros mismos.

La plegaria es una visión sobre lo que podemos lograr, nos llenamos el corazón de esperanza, inspirados para lograr un futuro más brillante. Hoy, quizá lo más poderoso que podemos hacer por el bienestar de la creación, es rezar para que se restablezca el balance y la belleza que Dios plantó en todo el universo. Recemos.

1 El autor reconoce a Rabí Yonatan Neril por sus recomendaciones editoriales de gran ayuda en este artículo.

2 Este artículo refleja un acercamiento significativo del rezo judío enfocándose en su relación con naturaleza y protección del medio ambiente. Esto representa un tipo de entendimiento del rezo judío. Dentro de nuestra rica tradición, claro que hay otros también.

3 Rashi sobre Génesis 2:5, s.v. ki lo himtir, basado en el Talmud Babilónico, Tratado Chullin p. 60b.

4 “Essays on Prayer” (“Ensayos sobre el rezo”) distribuido en 2011

5 Talmud Babilónico, Tratado Berajot 26b

6 Sijot HaRaN

7 Salmos 92:13-15, traducción de Arstcroll Siddur al inglés.

8 Bendiciones matutinas antes del Shemá, como se ve en el Artscroll Siddur, p 85-87.

9 Basado en las enseñanzas de Rabí Daniel Kohn sobre el rezo, como se enseña en el Yeshivat Hamitvar en 2010.

10 Por ejemplo, el rezo de Moisés por el perdón. Éxodo 32:32.

11 Por ejemplo, el rezo de Hannah para tener hijos, I Samuel 1:11.